Cine: Un monstruo viene a verme

Conor O´Malley es un chico de 13 años que, tras la separación de sus padres, la lejanía de su padre en otro país y con otra nueva familia, la intransigencia de su abuela, el cáncer que sufre su madre y el acoso escolar que vive en el colegio, le llevan a asumir grandes responsabilidades y tomar las “riendas” de su vida. Días de dolor, sufrimiento e impotencia que se traducen en una pesadilla recurrente que no le deja descansar.
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Una noche, a través de la ventana de su habitación, Conor se fija en un tejo milenario.  Este árbol se transforma, unos minutos antes de medianoche, en un monstruo. Él le ayudará a superar sus dificultades y le pondrá en camino para descubrir lo más importante:  la verdad de su vida.

“Un monstruo viene a verme” está basada en el libro de Patrick Ness (también guionista de la película). Al verla te puedes quedar en la superficie y simplemente ver un drama que nos cuenta la dureza de la vida de este niño. Pero la creatividad, la profundidad de los diálogos, la magia de mezclar imágenes reales con cuentos y la interpretación del niño, nos ayudan a llegar a lo más profundo del ser humano.   El resultado ha sido una “obra de arte” y “una película bonita”, que merece la pena ver.
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“Un monstruo viene a verme” nos cuenta como:
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  • El protagonista no acepta la enfermedad de su madre, se siente culpable porque necesita que todo termine (por el bien de él mismo y de su madre), siente la necesidad de ser castigado por sentir esto (el niño pregunta varias veces si no lo van a castigar por lo que hizo), que le llevan a realizar un viaje interior para tomar conciencia de su verdad.
  • Este viaje interior lo personaliza en un monstruo bueno que le cuenta tres historias que ayudan al niño a fijarse en su dolor, a descubrir que no siempre hay un bueno ni un malo, que todo tiene un trasfondo más profundo y que hay que saber escuchar a todos porque las cosas no son siempre como parecen: “El hechicero no es tan malo como parece ni el príncipe tan justo como creemos”.
  • No podemos fiarnos de las apariencias ni dejarnos llevar por los prejuicios.
  • “La creencia es la mitad de toda curación. La creencia en la cura, la creencia en el futuro que nos espera”. La misión del monstruo es curar al niño para que pueda descubrir sus miedos, vivir el duelo de otra manera y sacar la verdad que lleva dentro de sí mismo. Debemos contar lo que sucede de verdad, porque si no se cubrirán con fantasías y nunca podremos curarnos.
  • Debemos tener fe y creer en uno mismo por encima de todo.
  • Debemos reconciliarnos con nosotros mismos a pesar de nuestras sombras, miedos y contradicciones.
  • Hay muchas formas de afrontar y expresar el dolor, unos lo hacen gritando, otros rompiendo cosas o enfadándose. Si queremos curarnos, lo importante es verbalizar lo que sentimos y llevamos dentro, tanto lo bueno como lo malo.
  • Debemos dar visibilidad a los demás. “Ser invisible no es bueno”.
  • Tenemos que “soltar”, “dejar marchar” a las personas o situaciones que de una u otra forma ya no están. La negación de una pérdida, no hará que esta vuelva “Si yo la pienso, no me olvidará y volverá”, “si no acepto lo que está pasando, dejará de existir el problema”, esto no es así.

Beatriz Mª Pereiro Acevedo