Con el corazón en el domingo

Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»  Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, al que llaman Pedro, y Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.»

El Evangelio de hoy nos presenta el comienzo de la vida pública de Jesús. No pudo tener un principio más humilde ni sencillo. Nada que ver con las grandes ceremonias que nos gusta hacer en nuestros días para marcar el comienzo de los grandes eventos. Lo de Jesús comenzó de otra manera diferente. Nada de grandes ceremonias inaugurales. Fuera toda grandilocuencia. Nada de discursos programáticos. Mucho menos lo de tener miles de invitados, servicio de seguridad, fuegos artificiales y tantas otras cosas que nos encanta poner en esos eventos. Jesús se retira a Galilea y allí comienza a ir de pueblo en pueblo, predicando el mensaje más sencillo que nos podamos imaginar: “Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos.”